El hacinamiento carcelario en Chile alcanzó cifras críticas al 31 de julio, con 23 recintos penitenciarios operando a más del 200% de su capacidad, según datos de Gendarmería.
De ellos, cuatro establecimientos superan el 300%: el CDP Taltal (371,9%), el CCP Copiapó (347,1%), el CDP Tocopilla (303,3%) y el CCP Parral (310,4%), lo que refleja un colapso estructural del sistema.
El presidente de la Asociación Nacional de Oficiales Penitenciarios (ANOP), coronel Mario Benítez, advirtió que esta situación representa “un colapso histórico”. Explicó que en 2022 la población penal era de 39 mil internos, cifra que hoy se ha incrementado en más de 20 mil personas, lo que ha puesto a las cárceles bajo una presión sin precedentes y sin condiciones adecuadas para una gestión segura y digna.
Benítez también alertó sobre el crecimiento de la población penal extranjera, señalando que en muchos casos no existen antecedentes completos ni identidades confirmadas.
Bajo estas condiciones, afirmó, resulta imposible aplicar una correcta segregación, lo que agrava la sobrepoblación. “Son condiciones deplorables, que violan cualquier derecho humano. Las celdas están absolutamente abarrotadas en algunas cárceles”, concluyó.