A la hora de hablar de los paraísos fiscales, por lo general están acompañados de algo negativo, pero ¿qué son realmente?
Desde la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), señalan que son aquellas jurisdicciones que tienen que cumplir con cuatro factores.
En primer lugar, cuentan con impuestos mínimos o inexistentes, con respecto a los ingresos; segundo, la ausencia de un sistema para intercambiar información con propósitos fiscales, con otros países.
Tercero, estaría la falta de transparencia; y cuarto, que no haya actividades económicas sustanciales.
Es por ello que, la Unión Europea tiene una “lista negra” de jurisdicciones, consideradas como paraíso fiscal, sumada a la de la OCDE o la del Fondo Monetario Internacional.
“Hasta hace [poco más de] una década aproximadamente, había pocos frenos políticos a la expansión de los paraísos fiscales”, señaló Nicholas Shaxson, investigador financiero, según CNN en Español.
“Después de la crisis de 2008, sin embargo, los gobiernos se vieron presionados para recortar los grandes déficits presupuestarios y aplacar a los votantes furiosos por los rescates bancarios, el aumento de la desigualdad y la capacidad de las multinacionales y de los ricos para evadir impuestos”, agregó.
Además, dijo que estos refugios fiscales, cada año le cuestan a los gobiernos del mundo, al menos 500 mil millones de dólares en recaudaciones no percibidas. Siendo, poco menos del 50 por ciento, provenientes de países de bajos ingresos.